Es una tarta típica de oriente donde no podía faltar miel, frutos secos abundantes y chocolate como broche final. Aromatizada con piel de limón que le aporta un gusto ácido al relleno, junto con el jengibre rallado y el aroma del agua de azahar. Envuelta en una fragancia fresca y acompañada de sabores intensos como lo son la miel y el chocolate, se crea esta tarta la cual compartimos con ustedes con todo cariño como siempre.
Porciones: 8 a 10
INGREDIENTES
Masa
200gramos de mantequilla
3 tazas de harina 000 (tres ceros) o la que se tenga disponible
1 cucharadita de sal
2 huevos
2 cucharadas de licor de mandarinas o limoncello
Relleno
1 taza de miel
4 huevos
50gramos de mantequilla
1 cucharada de ralladura de piel de limón
1 cucharada de agua de azahar
1 cucharadita de jengibre rallado
150gramos de nueces picadas
200gramos de chocolate cobertura semiamargo
Para decorar
Piezas de chocolate
PREPARACION
Se emplea una tartera de 26cm. Se forra con papel aluminio la parte externa del molde, para que el relleno no pueda escurrirse.
Esta masa no lleva azúcar porque al llevar el relleno bastante miel, se trata de equilibrar los sabores.
Poner en el vaso del procesador, la harina y la sal.
Agregamos la mitad de la mantequilla cortada en cubos y procesamos hasta formar un granulado.
Añadimos la mantequilla restante y volvemos a procesar hasta que quede integrada la mantequilla como si fuese un arenado.
Finalmente agregamos los huevos y volvemos a procesar hasta formar la masa.
Retiramos la masa del vaso y la terminamos de armar rápidamente formando un bollo.
Se envuelve en papel film y se lleva al refrigerador durante 2 horas.
O hasta que la masa quede bien firme.
Luego se estira en forma circular, con ayuda de un poco de harina.
Se calcula el tamaño, tomando el molde y apoyándolo sobre la masa.
Debe sobrar aproximadamente 4cm, además de la base, para los bordes.
Se dobla la masa en cuatro y se apoya sobre la cuarta parte del molde, más el borde.
Se desdobla y se ajusta bien la masa al molde.
De borde debe quedar solo 2cm o 2 y ½ cm.
Se ajusta la masa al molde para que adopte su forma, se pincha su base.
Se aseguran los bordes con el excedente de papel aluminio que se encuentra del lado exterior del molde.
Se lleva al congelador hasta que la masa esté congelada.
Se precalienta un horno a 200º (alto) y se cocina a blanco (no se cocina del todo) durante 10 minutos la masa de la tarta. Se retira y se deja enfriar un poco.
Se derrite el chocolate cobertura picado. Se pone a baño María fuera del fuego con el agua bien caliente. Se apoya el bol con el chocolate sobre la cacerola con el agua, de forma que calce justo para que no tenga escape de vapor.
Se deja que solo se disuelva y al final se mezcla para terminar de disolverlo.
Se vuelca parte del chocolate sobre el fondo de la tarta hasta que esté cubierto.
Se lleva a la heladera durante 10 minutos o hasta que el chocolate esté bien firme.
Relleno. Se calienta la miel hasta que esté líquida.
Se agrega la mantequilla mezclando hasta disolverla del todo.
Se incorpora la ralladura de limón, el agua de azahar, el jengibre y las nueces picadas.
Aparte, se baten un poco los huevos y se añade a la miel una vez fría.
Se vuelca sobre el fondo de la tarta, que está cubierto con el chocolate y se nivela bien la preparación para que al cocinarse quede parejo.
Se lleva a un horno suave (165º) y se deja que se cocine lento. Así el chocolate no se quema.
Dejarlo durante 40 o 45 minutos o hasta que los bordes de la tarta estén cocidos y dorados.
Una vez fría el relleno queda firme.
Figuras de chocolate. Con el chocolate restante y con ayuda de una cuchara, se toma de a poca cantidad por vez, de chocolate y se va vertiendo sobre un papel antiadherente (silpat) o sobre un papel blanco (puede ser manteca,
E ir formando figuras volcando el chocolate en forma de hilo. Se va jugando con el chocolate marcando líneas hacia arriba y hacia abajo, luego cruzándolas para reforzarlas.
Adoptando la forma que queremos.
Una vez finalizadas se llevan a la heladera durante 10 minutos para que queden bien firmes.
Se colocan en la superficie de la tarta haciendo antes unos cortes con un cuchillo para introducirlas en él y que queden bien seguras.
Estas figuras le dan a la tarta un fino acabado y un aspecto tentador.