Hacer pan casero es una de esas aficiones que se convierten en adicciones. Cuando empiezas a amasar tu propio pan y comparas el resultado con lo que compramos en la panadería del barrio, te vas enganchando y probando nuevas técnicas para disfrutar.
Hacer pan casero es una de esas aficiones que se convierten en adicciones. Cuando empiezas a amasar tu propio pan y comparas el resultado con lo que compramos en la panadería del barrio, te vas enganchando y probando nuevas técnicas para disfrutar.
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