Consiste en una masa delicada que junto a la mermelada de durazno y el crocante de cubierta se transforma en una tentación.
INGREDIENTES
3 tazas de harina (360gramos)
2 cucharaditas de polvo de hornear
Pizca de sal
200gramos de mantequilla o margarina
½ taza de azúcar (100gramos)
1 huevo
Para cubrir
1 taza de mermelada de duraznos
Cubierta
2 ½ tazas de harina (300gramos)
¾ taza de azúcar (150gramos)
3 claras
1 cucharadita de esencia de vainilla
Azúcar impalpable (glas, lustre, pulverizada)
PREPARACION
Cernir la harina, la sal y el polvo de hornear sobre la mesada. Formar un hueco en el centro y poner el huevo y el azúcar, ir tomando la harina hasta formar una pasta.
Agregar la mantequilla o margarina fría, cortada en trozos pequeños e integrarla rápidamente a la masa con la punta de los dedos hasta formar una masa tierna.
Llevarla a la heladera durante unas horas.
Luego extender la masa con el palote, de medio centímetro de espesor y colocarla sobre una placa de horno de 30X20, y cubrir todo el fondo con ella.
Esparcir la mermelada por toda la superficie con ayuda de una espátula.
Aparte, poner la mantequilla en un tazón y derretirla a baño de María.
Agregarle la harina previamente tamizada, el azúcar y la esencia.
Mezclarla hasta que los ingredientes se integren.
Batir las claras a nieve con una pizca de sal, hasta que estén firmes.
Agregar a la mezcla anterior muy suavemente y en forma envolvente.
Cubrir toda la masa con esta preparación y llevar a horno suave hasta que esté todo cocido y el baño esté seco. Aproximadamente 30 minutos.
Retirar del horno y dejar entibiar.
Luego cortar en rectángulos chicos y colocar en pirotines.
Si se quiere espolvorear con azúcar impalpable.